Año Nuevo de 2013. Cuatro amigos de Ibiza lo celebran juntos con buena comida y, por supuesto, con gin-tonics, dado que los cuatro son unos apasionados del gin.
Además de su fascinación por las bebidas exclusivas, los cuatro comparten su amor por Ibiza, de modo que también esta Nochevieja, como suele ocurrir, la pequeña ínsula se convierte en motivo de conversación. Es una pena – opinan Luna, Alexander, Wolfgang y Dirk– que el mundo no conozca de Ibiza más que su música, su vida nocturna y sus playas. ¡Son tantísimas las cosas que hacen de Ibiza un lugar mágico!
Expresar esa magia tan particular con palabras es difícil si uno no quiere que suene a guía de viaje. Solo de pasada se mencionarían su antiquísima cultura, su particular luz, su impresionante paisaje costero y su naturaleza virgen. Los frondosos pinares, los huertos de naranjos y limoneros que se levantan sobre estas tierras rojas y feraces. Prados de florecillas primaverales, hierbas aromáticas y enebros hasta donde alcanza la vista…
¡¿Enebros?!
Como siguiendo una señal secreta los cuatro miran a sus copas.
¿Por qué no hay ningún gin elaborado en Ibiza?
Por un momento, la pregunta, que parece inocua, queda en el aire, hasta que de pronto empiezan a hablar los cuatro a la vez:
«¡¿No sería genial crear un gin propio de Ibiza?! Un gin con un aroma tan extraordinario que la convirtiera en estandarte de la isla… Un gin que se elaborara con ingredientes locales de calidad… Un gin que supiera a sol y ¡que estuviera tan buena, que gustase no solo en Ibiza sino también en Londres, París, Manila o Nueva York!».
Ha nacido una idea y llega el momento de experimentar. Un mes tras otro, durante largas noches, ellos se devanan los sesos intentando sacar la receta ideal de un gin que satisfaga sus elevadas exigencias. Debe ser fresco, con marcadas notas cítricas, de base seca y cuerpo suntuoso. ¡Y también debe saber rico tomándolo puro! Mientras tanto, para los cuatro amigos, sólo lo mejor es suficiente, porque a pesar de todos los vuelos mentales, todavía no tienen ninguna intención comercial.
Las palabras «huele a moho» se convierten en una expresión enemiga; la más mínima sospecha de esta característica significa el fin de muchos experimentos de alto porcentaje. En los procesos realmente alquimistas, los cuatro se arriesgan a probar ingredientes que nunca antes el ser humano había combinado con la ginebra, hasta que… ¡de repente ya no había nada más que mejorar!
Puede que no sea fácil expresar con palabras la magia de Ibiza, pero con gin LAW es posible admirarla directamente en el paladar…